Mercosur, ¿todo o nada?

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El intrincado, folklórico y tropical lio de Venezuela con el Mercosur debería llevarnos a reflexionar sobre lo que gana o pierde Venezuela si abandona ese pacto sub regional. Todo parece indicar que desde el punto de vista estrictamente económico o comercial no es mucho lo que se modificaría si Venezuela se sale – o es invitada a salirse – de ese bloque de países. Ello es así por cuanto hay acuerdos firmados entre Venezuela y Brasil, por un lado, y entre Venezuela y Argentina, por otro, que generan un cuadro de concesiones comerciales recíprocas que no dependen de que Venezuela firme o no el Acuerdo de Alcance Parcial de Complementación Económica número 18, que es el que define en lo sustantivo la pertenencia o no al Mercosur.

El 26 de diciembre de 2012 Venezuela y Brasil firmaron el Acuerdo de Alcance Parcial de Complementación Económica número 69, conocido sencillamente como ACE 69. Ese acuerdo entró en vigencia casi dos años después, el 14 de octubre del 2014, pero hoy en día goza de plena vigencia legal, y preside gruesa parte de las relaciones comerciales entre esos dos países. En ese acuerdo se establece que Brasil libere de inmediato del pago aranceles a la totalidad de los bienes procedentes de Venezuela. Venezuela, en reciprocidad libera de aranceles a la casi totalidad de las mercancías provenientes de Brasil, pero mantiene un pequeño listado de productos exceptuados, para los cuales impera un calendario de desgravación que culmina en el año 2018.

Ese acuerdo no está supeditado o condicionado a que Venezuela firme el ACE 18, que define la incorporación plena al Mercosur, aun cuando se deja establecido que cuando lo haga, la desgravación será la que se defina en el ACE 18 y no la que defina el ACE 69. Pero queda implícito que si Venezuela no firma el ACE 18 – como ha sido la situación hasta el presente – el ACE 69 mantiene incólume su validez.

Con Argentina sucede una situación bastante parecida. Se firmo el ACE 68, el mismo día 26 de diciembre del 2012, pero ese acuerdo entró en vigencia el 2 de enero del 2003. También Argentina libera en forma total e inmediata de aranceles a las mercancías provenientes de Venezuela, y Venezuela en reciprocidad libera de aranceles a todas las mercancías procedentes de Argentina, excepto las que quedan incluidas en 4 listados de excepciones.

Pero nada de ello queda supeditado a que Venezuela firme el ACE 18, aun cuando era evidente que el ACE 68 -así como también el ACE 69 – se daban en el entendido y en el contexto de la incorporación de Venezuela en el Mercosur. Era una forma de facilitarle las cosas a Venezuela y empezar todos a gozar de las ventajas de un comercio más liberado, a la espera de que Venezuela ordenara sus aspectos normativos e institucionales y diera el paso de su incorporación plena.

Toda esta situación lleva, en el día de hoy, a que si Venezuela es marginada del Mercosur, el ACE 68 y el ACE 69 mantienen su vigencia legal, lo cual significa que en el comercio con esos dos países, que tienen el mayor peso económico, comercial, demográfico y geográfico en el Mercosur, seguirá en los mismos términos actuales.

Venezuela puede que salga diplomáticamente maltrecha u ofendida de toda esta inconsulta aventura con el Mercosur, pero en términos estrictamente comerciales conservara las condiciones de libertad comercial que había alcanzado, y que desgraciadamente ha aprovechado muy poco.