Planeta sediento

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París.- El consumo de agua del planeta para responder a las necesidades de una población cada vez más numerosa y de la actividad agraria o industrial, provocará un déficit global de agua del 40% de aquí a 2030, advirtió este viernes un informe de la ONU.

«Ante el constante aumento de la demanda de agua y la explotación excesiva de las reservas subterráneas, tenemos que cambiar nuestro modo de llevar a cabo la evaluación, gestión y utilización de este recurso del que depende nuestro futuro», indicó la directora general de la Unesco, Irina Bokova.

El informe «Agua para un mundo sostenible» publicado por los expertos de Naciones Unidas en vísperas del Día Mundial del Agua que se celebra este domingo, señala que es apremiante cambiar los métodos de uso y gestión de ese recurso vital.

El informe incluye un mapa que resume los recursos de agua renovable per cápita de cada país, con una escala de colores que va de la escasez absoluta, en varios países del norte de África y la Península Arábiga, hasta los menos necesitados, categoría en la que figuran todos los países de América Latina, pasando por los vulnerables, entre los que se incluye a países de perfil tan distinto como varias islas del Caribe, China, Alemania, Inglaterra o España.

PLANETA SEDIENTO
Según los autores, «nunca como ahora nuestro planeta ha estado tan sediento», especialmente a causa de las necesidades de un sector agrario cada vez más exigido.
De aquí a 2050, la agricultura, el sector de actividad humana que más agua devora, deberá producir un 60% más de alimentos a nivel mundial y un 100% en los países en desarrollo.

A mismo tiempo tiende a aumentar la demanda de bienes manufacturados, incrementando la presión sobre los recursos hídricos.

Según las previsiones, entre 2000 y 2050 el aumento de demanda de agua de la industria mundial será de un 400%.
Mientras se dispara el consumo de agua -en 55% de aquí a 2050-, su gestión no se realiza de manera sostenible y «un 20% de las aguas subterráneas del planeta están siendo explotadas abusivamente».

El riego de cultivos, el uso de plaguicidas y agroquímicos que terminan en los cursos de agua, y la falta de tratamiento de aguas residuales afectan a un 90% de las aguas en los países en desarrollo.

COSTO DEL DESARROLLO
El desarrollo económico y prácticas contrarias a una gestión sostenible del agua producen contaminaciones masivas y pérdida de recursos hídricos, especialmente en Asia. El informe cita el ejemplo de China, donde el riego intensivo provocó un descenso del nivel de la napa freática de 40 metros en las planicies del norte.

Si todo sigue igual, advierten los expertos, el planeta deberá hacer frente a un déficit global de agua del 40% de aquí a 2030. Por esa razón, concluye el informe, la única solución razón es aprender a administrar el agua de manera sostenible.

El informe incluye algunos estudios de casos particulares en el mundo, y cita como modelo el programa Cultivando Agua Buena, aplicado hace 11 años para mejorar la gestión hídrica de la cuenca del Paraná en Brasil y Paraguay tras la construcción de la represa de Itaipú.

Los autores destacan que la ONU se dispone a examinar a partir de septiembre próximo la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el período 2016-2030, y recomiendan que uno de ellos esté centrado en la cuestión del agua.

A pesar de los avances logrados en los últimos años, en el mundo todavía hay 748 millones de personas privadas de acceso a fuentes de agua no contaminada. Sin embargo, los autores preconizan que no se haga exclusivamente hincapié en el acceso al agua y el saneamiento, sino que también se tengan en cuenta cuestiones como la gobernanza de recursos hídricos, la calidad del agua, la gestión de aguas residuales y la prevención de castástrofes naturales.

En el caso particular de América Latina, el informe deplora la escasa inversión en materia de infraestructura e identifica dos prioridades: fortalecer la gobernanza hídrica y mejorar el suministro de agua potable y de servicios de saneamiento.